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4 recomendaciones de Google

  1. Crea «gatilladores de trabajo» para tu cerebro

Cuando trabajas en una oficina, la rutina diaria de prepararte y trasladarte todos los días ayuda a tu cerebro a organizarte para la jornada. Cuando trabajas de forma remota, puedes crear activadores para «empezar el día», que te permitirán realizarlo de una manera similar, como hacer ejercicio, leer las noticias o preparar café.

Un espacio de trabajo también es elemental. Si puedes sentarte y ser productivo en cualquier lugar, excelente. Si necesitas más estructura, establecer un espacio de trabajo designado puede ser la clave, ya sea una habitación separada, un escritorio o simplemente una parte limpia de tu mesa de cocina. Instaurar una zona de trabajo puede ayudar a decirle a tu cerebro que estás en el lugar donde trabajas de forma productiva y sin distracciones.

Acerca de las distracciones: Son uno de los mayores desafíos de trabajar de forma remota. Para mantener el cerebro en el modo correcto, evita realizar tareas que no funcionen durante la jornada laboral. Por ejemplo, programa una hora separada para lavar la ropa en lugar de hacerlo mientras terminas una presentación de trabajo.

  1. Mantente motivado con una lista

Una lista de tareas sencillas puede hacer maravillas para mantenerte organizado, motivado y productivo mientras trabajas desde la casa. A medida que creas tu lista, piensa en objetivos grandes y a largo plazo, como terminar un proyecto, así como en metas pequeñas, como completar simples tareas que conducen a ese gran objetivo. Marcar esas metas más pequeñas te permite saber que estás progresando, lo que te da un refuerzo positivo durante todo el día. El trabajo se siente mucho más factible cuando no todo es una tarea gigante.

Escribe tu lista en lugar de simplemente tenerla en tu cabeza. No tendrás que dedicar tiempo para recordar constantemente lo que tienes que hacer, y el placer de llevar a cabo las tareas de tu lista puede ayudarte a mantenerte motivado.

  1. Diseña un horario para todo

El trabajo a distancia requiere un horario muy similar a un trabajo de oficina típico, excepto que eres el único que se hace responsable. Eso no significa que todo el día tenga que ser sólo trabajo (en realidad es importante tomar descansos regulares para refrescarse mental, física y emocionalmente), sólo que cualquier actividad que no sea laboral también necesita ser programada.

Al crear tu agenda, ten en cuenta los otros compromisos de tu vida y encuentra una rutina que te permita realizarlos.

Una vez que hayas establecido tu horario, hazlo visible para tus compañeros de trabajo con un calendario compartido. De esta manera, sabrán cuándo pueden contar contigo.

También es una buena idea asegurarse de que los amigos y familiares entiendan tu horario y lo respeten. Establece límites y expectativas, haciéndoles saber que trabajar de forma remota no significa que estés libre todo el tiempo.

  1. Crea un proceso de colaboración

Trabajar desde casa puede parecer una experiencia solitaria, pero por lo general implica interactuar con otros, ya sea reunirse con tu equipo, definir tareas, tomar decisiones o dar y recibir comentarios. Por lo tanto, es importante configurar métodos de colaboración mientras trabajas de forma remota.

Hablar cara a cara puede ayudar a la colaboración, así que considera la posibilidad de realizar una videoconferencia para estos momentos.

Si bien el correo electrónico puede ser eficaz para tomar una decisión oficial o transmitir información, las bandejas de entrada de las personas pueden obstruirse rápidamente. Si necesitas hacer una pregunta rápida o enviar una actualización a tu equipo, las aplicaciones de chat como Google Hangouts o Slack son una buena alternativa al correo electrónico.

La lluvia de ideas o las discusiones detalladas generalmente requieren una reunión oficial. Hablar cara a cara a menudo puede ayudar a la colaboración, por lo que podrías considerar la videoconferencia para estos momentos. Esta es también una gran manera de hacer check-ins regulares con tu equipo, y puedes ayudarlos a mantenerse al tanto de lo que otros están haciendo, además de contribuir a sostener una relación que de otro modo podría quedar descuidada al no compartir un mismo lugar de trabajo.

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