Este ejercicio es para ayudarte a construir una imagen de ideal de persona compasiva con…
21. MEDITACIÓN DE LA RESPIRACIÓN AMOROSA
Encuentra una postura en la que tu cuerpo esté cómodo y se sienta apoyado durante la meditación.
Luego deja que tus ojos se cierren suavemente, parcial o totalmente.
Toma unas pocas respiraciones lentas y suaves, liberando cualquier tensión innecesaria en tu cuerpo.
Si lo deseas, pon una mano sobre tu corazón u otro lugar que te dé calma, como un recordatorio de que estás trayendo no sólo conciencia, sino amorosa, a tu respiración y a ti mismo.
Puedes dejar tu mano allí o permitir que descanse en cualquier momento.
- Ahora comienza a notar la respiración en tu cuerpo, sintiendo como inhalas y exhalas.
- Simplemente deja que tu cuerpo te respire. No hay nada que tengas que hacer.
- Tal vez podrías notar cómo tu cuerpo se nutre con la inhalación y se relaja con la respiración.
- Ahora nota el ritmo de tu respiración, cómo fluye hacia dentro y hacia afuera de tu cuerpo. Toma unos segundos para sentir el ritmo natural de tu respiración.
- Siente cómo tu cuerpo se mueve sutilmente con la respiración, como el movimiento del mar.
- Tu mente naturalmente vagará como un niño curioso o un perrito. Cuando eso sucede, simplemente vuelve suavemente a tomar conciencia del ritmo de tu respiración.
- Permite que todo tu cuerpo sea suavemente mecido y acariciado —acariciado internamente— por tu respiración.
- Si lo deseas, incluso puedes dejar que tu respiración sea todo lo que hay, convirtiéndote en ese inhalar y exhalar.
- Sólo respira. Mantente consciente de tu respiración.
- Y ahora, libera suavemente tu atención de la respiración y permítete sentir y ser como eres.
- Abre lenta y suavemente tus ojos.
*Práctica recopilada por Cristopher Germer y Kristin Neff para el Center for Mindful-Compassion.
Esta entrada tiene 0 comentarios